En los últimos años han surgido tratamientos anti-edad que dejan atrás las dolorosas e incluso en algunos casos las peligrosas cirugías estéticas. Estos tratamientos, conocidos como no invasivos, permiten tratar el surgimiento de arrugas y otras imperfecciones que se van desarrollando con la edad. Su flexibilidad, resultados y costo han hecho que estén más al alcance del presupuesto de los pacientes que quieren someterse a tratamientos estéticos.
¿Es seguro usar Botox?
Uno de los tratamientos más populares actualmente es el de las inyecciones de la toxina botulínica, mejor conocida hoy en día como BOTOX. La neurotoxina botulínica es un compuesto derivado de una bacteria denominada Clostridium botulinum. Esta se aplica en áreas donde se manifiestan arrugas, y su efecto es bloquear los neurotransmisores que le dan las señales a la piel de contraerse; esto quiere decir que inmoviliza las áreas de contracción disminuyendo o eliminando las arrugas.
Mucho se ha hablado de las virtudes del Botox, pero siempre surge la pregunta sobre si es seguro usarlo. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, “el Botox es seguro para uso prolongado y también puede suspenderse en cualquier momento, sin que la piel luzca peor que antes de empezarlo. Esto se ha determinado después de muchos años de pruebas en laboratorio y con pacientes en grupos de estudio. El uso de Botox durante uno o más años prolonga la duración de los resultados. Las únicas contraindicaciones son respecto a pacientes que tengan alergias a la albumina o a la toxina botulínica, así como el embarazo y periodo de lactancia.
Síntomas como dolor de cabeza o ligera hinchazón se pueden manifestar en los primeros tratamientos pero desaparecen conforme vayan avanzando las aplicaciones.
En general, la aplicación de Botox es un tratamiento seguro, no invasivo y con rangos económicos aceptables para pacientes que quieran lucir un poco más jóvenes tratando sus arrugas. Se recomienda el uso a partir de los 30 años.
